Jango al Ataque: Las Reformas de Base que la Elite Quiso Marcar a Fuego

Jango avanza con las reformas básicas y se enfrenta a un revés por parte de las élites.

En marzo de 1964, João Goulart entró al campo como quien hereda un equipo desmontado, césped lleno de baches y una hinchada dividida. Pero decidió que iba a jugar hacia adelante. ¿Su plan? Un conjunto de reformas de base, que, si fueran un esquema táctico, darían algo entre un 4–3–3 audaz y un ataque total del fútbol holandés. Las llamaban reformas de base. Yo las llamaría “entrenamiento táctico de pretemporada que la directiva teme como al fuego”.

Reforma Electoral para Llenar Más el Estadio

La Constitución de 1946 dejaba analfabetos y soldados rasos fuera del juego, como quien bloquea al hincha sin entrada. Goulart quería abrir los portones. Más gente en la grada, más voz en el partido. La elite lo vio como cuando aparece la barra brava: seguro habrá lío.

Reforma Administrativa con Cambio de Técnico y Preparación Física

El Estado era un equipo jugando con el esquema de la década pasada. La industrialización, Juscelino Kubitschek y todo lo demás habían cambiado el ritmo del partido, pero el equipo seguía marcando en línea. Jango pidió: “vamos a contratar a quien entiende del juego”. Técnico, fisiologista, analista de rendimiento. La oposición gritó que era demasiada modernidad para tan poco campo.

Reforma Tributaria, la Tarjeta Amarilla para los Ricos

Aquí Jango decidió arbitrar con firmeza: quien gana mucho, paga más. Quien gana poco, paga menos. Simple como un fuera de juego bien marcado. Pero los magnates de la elite económica no querían recibir reprimendas. Reclamaron al micrófono, corrieron al VAR, al Congreso, al vestuario y a cualquier sitio posible.

Reforma Bancaria para Abrir Espacio a los Pequeños

Crédito para el campo, un Banco Central como volante fijo organizando el medio y controlando el ímpetu de la inflación, ese delantero descontrolado. La gente del dinero torció el gesto: prefería un juego sin árbitro y sin reglas.

Reforma Cambiaria para Cerrar la Defensa

Brasil estaba recibiendo contraataques de moneda extranjera sin parar. Goulart quiso poner dos defensores brutos en la entrada del área: controlar el tipo de cambio, contener la importación de lujos. El pueblo lo vio razonable; la elite lo llamó “cerrojo socialista”.

Reforma Universitaria, una Prueba Abierta

Jango quería universidad para más gente, libertad para el profesor, más autonomía. Era como abrir pruebas para todos los aspirantes, no solo para los hijos de los dirigentes. Y encima con el método Paulo Freire, que enseñaba a pensar el juego. La derecha conservadora enloqueció: “¡Van a convertir al estudiante en un camisa 10 consciente!”

Reforma Urbana, el Fuera de Juego para la Especulación

Limitar el número de inmuebles por persona. Expropiar excedentes. Vender al trabajador. Goulart puso el balón en el área y gritó: “¿quién cabecea?”. El mercado respondió: “nadie toca mi patrimonio”. Fueron directo al juez.

Reforma Agraria, el Gol que Derrumbaría el Estadio

Era el penalti en el minuto 49. La tierra improductiva perdería su lugar en el equipo. El gobierno podría expropiar. El pago sería en títulos públicos, no en maletines de efectivo. El trabajador rural ganaría derechos de jugador profesional. Los latifundistas sintieron olor a remontada y llamaron a medio mundo para presionar al árbitro.

Y antes siquiera de subir al palco de la Central do Brasil, Goulart firmó decretos como quien usa el bolígrafo sin disculparse: tomó refinerías privadas de petróleo, expropió tierras alrededor de carreteras y ferrocarriles. El árbitro ni tuvo tiempo de pitar. El estadio se polarizó. La mitad celebró; la otra mitad pidió su expulsión inmediata.

Allí, en ese partido revuelto, aliados se volvieron rivales, rivales se volvieron conspiradores y conspiradores empezaron a ensayar el Golpe de 1964. El partido seguía, pero el árbitro que nunca fue neutral ya soplaba el silbato con la boca torcida.

Así comenzó la sustitución autoritaria que pronto sacaría a João Goulart del campo. En los vestuarios de la historia de Brasil, siguen discutiendo si aquellas reformas eran el pase que cambiaría el campeonato o solo el inicio de una bronca monumental en la grada.

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