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Fernão Lopes - Cronista jefe del Reino de Portugal



La memoria del trono portugués


Fernão Lopes es considerado el padre de la historiografía portuguesa y una de las principales figuras de la literatura medieval. Nacido en Lisboa, hacia 1380, fue escribano y cronista oficial del reino de Portugal y 4º jefe de guardia de Torre do Tombo. En 1434, fue condecorado como Vasallo del rey, un título que el rey solo otorga a una persona de extrema confianza. Permaneció como jefe de guardia de Torre do Tombo hasta 1454.


D. Duarte, hijo del rey D. João I y de D. Filipa de Lencastre, mucho antes de subir al trono, preocupado por conservar la memoria del reino y del pueblo, empezó a registrar las tradiciones del reino. El monarca inició una vasta empresa de carácter historiográfico con el objetivo de construir una memoria real de Portugal. En 1418, el rey nombró a Fernão Lopes para el cargo de “principal cronista del reino”.




Contexto histórico


El humanismo expresó la profunda creencia en el hombre como dueño de su destino, rompiendo con la fuerte influencia de la Iglesia y el pensamiento religioso. Iniciado en Italia, el movimiento se extendió por toda Europa. En Portugal, la fecha que marca el inicio del humanismo es el año 1418, cuando Fernão Lopes fue nombrado guardián de los archivos del Estado. Sus crónicas históricas se convirtieron en un hito del humanismo en Portugal.


El escritor portugués actuó en un contexto cercano a hechos recientes en la memoria de los portugueses. Las más significativas fueron la Crisis de 1383-1385 y la Batalla de Aljubarrota (1385). La batalla innovó las tácticas militares, permitiendo que los hombres de armas desmontados pudieran derrotar a la poderosa caballería. En el terreno diplomático, permitió la alianza entre Portugal e Inglaterra, que perdura hasta la actualidad.




La revolución de Avis


En Portugal, durante la Baja Edad Media, tuvo lugar la Revolución de Avis, de 1383 a 1385. También conocida como la Crisis de 1383, se refiere a la sucesión de hechos y conflictos que tuvieron lugar en Portugal y que dieron como resultado el final de la Dinastía Afonsina y el comienzo de la Dinastía Avis. La principal consecuencia fue el debilitamiento del poder monárquico ante las presiones localistas que aún subsistían en las pequeñas circunscripciones territoriales del Reino y la coronación de João, Maestre de Avis, como D. João I y Rey de Portugal en el año 1385.


La primera dinastía, también conocida como Afonsina o Borgoña, fue fundada por D. Afonso Henriques, que se autoproclamó rey en 1139, y se prolongó hasta D. Fernando I, que murió en 1383, dando lugar a una crisis sucesoria que sólo se resolvió con el surgimiento de una nueva línea sucesoria.


La gran importancia de la Revolución de Avis está relacionada con la consolidación de Portugal como nación y el alejamiento de Castilla de las intenciones de anexar Portugal a su territorio. La victoria sobre el reino de Castilla estableció definitivamente la independencia de Portugal, bajo el mando de Don João I. El apoyo de la burguesía comercial fue decisivo, ya que ayudó a proporcionar los recursos económicos necesarios para el mantenimiento del Ejército. La dinastía duró hasta la muerte del Cardenal-Rey D. Henrique el 31 de enero de 1580 sin dejar heredero legítimo.



En el aspecto político, D. João I se fortaleció como rey de Portugal con el reconocimiento de la legitimidad de la Dinastía Avis a través de la firma del Tratado de Windsor, en 1386, entre Portugal e Inglaterra y su matrimonio con D. Filipa de Lencastre. Resolvió la disputa que dividía el Reino de Portugal del Reino de León y Castilla, allanando el camino bajo la Dinastía Avis para uno de los períodos más importantes en la historia de Portugal, la Era de los Descubrimientos.


Popular, D. João I, sucedió a D. Duarte, un rey más afín a la aristocracia. Creció el poder feudal de los hijos de D. João I y con él el dominio de la nobleza, que había sido seriamente sacudida por la crisis de la independencia. Poco después de la muerte de D. Duarte, se produjo la guerra civil, la insurrección en Lisboa contra la reina viuda D. Leonor de Aragão y la elección del infante D. Pedro.


Ciertamente, Fernão Lopes había tomado contacto con testimonios de los hechos, como relata estos hechos en su Crónica de D. João I, de 1443. De esta forma, consultaba a los protagonistas implicados en la resistencia contra Castilla y en la paz firmada en 1411 con el mismo reino, mediante el Tratado de Ayllón, ratificado en 1423. Así, D. Duarte encargó a Fernão Lopes que escribiera las escrituras de la dinastía Avis.


Renovador de la crónica histórica


Fernão Lopes se distinguió de sus predecesores por heredar tradiciones clásicas, francesas e ibéricas y por otorgar gran importancia al análisis crítico de la historia y al testimonio documental de los hechos, para relatar los hechos como realmente sucedieron, con veracidad y objetividad, depurando opiniones parciales, exageraciones retóricas y leyendas.




De manera innovadora, él presentó al pueblo como un importante agente histórico, minimizando el papel casi exclusivo de los reyes y la aristocracia. Por ello, se le considera un renovador del género de la crónica histórica. Lopes fue uno de los precursores de la historiografía científica y el fundador de la historiografía portuguesa.


Fernão Lopes poseía un considerable bagaje intelectual, una sensibilidad humanista y un estilo literario ágil y ameno. Su obra se basó en la oralidad y el universo popular, sin descartar las referencias eruditas. De sus diversas obras sólo quedan las crónicas de D. Pedro, D. Fernando y D. João I.


Características de su escritura


Fernão Lopes tenía un estilo de escritura personal, por lo que se convirtió en un hito en la literatura medieval. Enfatizó los rasgos populares por encima del protagonismo habitual. Su lenguaje coloquial atrajo a muchos admiradores, personas que apoyaron su forma de escribir y dieron más valor a su obra, especialmente a la crónica histórica. Si bien su prosa se inició en el período del trovador, sólo ganó notoriedad durante el humanismo.




Contemporáneo del ascenso de la Dinastía Avis al trono de Portugal, Fernão Lopes sintió de cerca la fuerza del pueblo en la lucha por la libertad y consideró este aspecto en el proceso de desarrollo histórico. La historia de un pueblo, a su juicio, no sólo estaba constituida por las hazañas de reyes y caballeros, sino también por los movimientos populares y las fuerzas económicas. Además del ambiente de las cortes, también describió los pueblos, las rebeliones callejeras, las guerras, el sufrimiento de la población y la alegría de las victorias de su pueblo.


El cuidado en fundamentar la versión de los hechos, recurriendo a fuentes narrativas o documentales, le dio la credibilidad que merecía. Fernão también escribió obras en prosa de gran calidad literaria. Algunas páginas que sirvieron de modelo y estilo fueron las que describían la Revolución de 1383, basadas en relatos de personas que habían presenciado los hechos revolucionarios de 1383 a 1385.


Método de trabajo


Para Fernão Lopes, el afecto es inherente a la condición humana, que escapa al control racional. Así, considera que las pasiones del narrador y ciertas influencias y predisposiciones psicológicas y sociales modifican la narración, lo que implicaría una dificultad para aprehender la verdad. De ahí la necesidad del cronista-historiador de controlar mundanall afeiçom (afecciones mundanas, categoría amplia que incluía las predisposiciones y condicionamientos psicológicos, sociales y políticos del hombre), para garantizar el espacio de autonomía del discurso histórico, separando los deseos e intereses particulares. De esta manera, entiende que los atributos del cronista deben ser la imparcialidad y la autoridad.



Aun infiriendo que el afecto mundano afecta a todos los hombres, entiende que cambia según los grupos sociales en los distintos niveles de subjetividad. Así, analiza los afectos mundanos en dos grupos:


Los de orden señorial, más cercanos al rey - se caracterizarían por valores tradicionales apegados al servilismo al rey y al modelo panegírico, confiriendo una parcialidad y una artificialidad que podría distorsionar la realidad. Un panegírico era, originalmente, en la antigua Grecia, el elogio o discurso laudatorio que se pronunciaba en las grandes reuniones festivas del pueblo. En la antigua Roma, el discurso que pronunciaban los cónsules romanos ante el emperador, después de ser elegidos, se denominaba "panegírico", expresando su respeto y admiración.


Los más alejados del orden señorial y del rey - serían los portadores de la "verdad desnuda", ya que su afecto mundano correspondería a los lazos de afecto y pasiones naturales del hombre, por tanto, desligados de artificios y ceremonias de servilismo.




Trabajos mayores


El autor logró unir historia y literatura. Produjo varias obras a través de un lenguaje sencillo y lleno de diálogos. De las crónicas que escribió sobre la historia de Portugal, sólo quedan tres con certeza:


Crónica de D. Pedro I (1434),

Crónica del rey Fernando (1436)

Crónica de D. João I (1443) (primera y segunda parte)


También hay una narración que habla de los primeros siete reyes de Portugal, conocida como Crónica de 1419, un conjunto de narraciones sobre los primeros siete reyes de Portugal. Según algunos estudiosos, también sería una obra propia.

Mucho más controvertida es la autoría de la Crónica de D. Afonso IV, la Crónica de D. Afonso III o D. Sancho II y la Crónica do Conde D. Henrique. Su autoría de la Crónica del condestable, que se postuló durante algún tiempo, ahora está completamente desacreditada.


La Crónica de D. João I, que tiene al rey como protagonista, es un documento, en cuanto pretende dejar constancia y ser prueba de los hechos considerados dignos de memoria. También es un monumento, ya que pretende establecer de forma permanente la exaltación de los hechos reales, con la construcción de tumbas, la fundación de capillas reales y la edificación de palacios reales como el de Sintra o el Monasterio de Batalla.




Fernão Lopes siguió siendo el cronista oficial del reino hasta 1448 cuando el rey D. Afonso V (1438-1481) nombró a Gomes Eanes de Azurara como cronista principal del reino.


Biografía


Fernão Lopes nació en Lisboa hacia 1380. Fue escribano y cronista principal del Reino de Portugal. Durante más de 20 años registró la memoria del pueblo y del reino desde la primera dinastía (Afonsina o Borgoña) hasta el reinado del rey João I (Avis). Fue considerado el mayor cronista histórico de Portugal.


De origen humilde, nada se sabe de su formación intelectual, pero sí de su trayectoria profesional. El primer registro de él se remonta a 1418 cuando fue nombrado guardián del archivo Torre do Tombo, el archivo Regio, en Lisboa. Entre 1419 y 1433 fue secretario de D. João I, primer rey de la segunda dinastía real, la Dinastía Avis.


En 1419, fue citado como el "libro escribano" del rey João I, y debió ser por esta época cuando el rey Duarte le encargó que plasmara en crónicas las gestas de los reyes portugueses. En un fuero de 1422, aparece con la función de escribano de la pureza del Infante D. Fernando.


La última información conocida sobre él es que aún vivía en 1459, cuando impugnó los derechos de un nieto ilegítimo a su herencia. La fecha de su muerte es incierta. Según la información del prólogo de la Crónica de El-Rei D. Pedro I, escrita por Luciano Cordeiro, tras dejar el cargo de jefe de guardia, Fernão Lopes habría vivido otros cinco años, muriendo cerca de los 80 años.


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