Fenicios (1500-300 a. C.)
Los fenicios, habitantes de la costa de Levante, formaron una confederación de ciudades independientes como Tiro, Sidón y Biblos, centradas en el comercio marítimo. Conocidos como 'cananeos' o 'púnicos', eran rivales de los griegos y enemigos de los romanos. El término "fenicios" lo dieron los griegos, vinculado al tinte púrpura que producían.
Su importancia histórica incluye la invención de un alfabeto que influyó en los griegos y la fundación de colonias en el Mediterráneo como Cádiz y Palermo. Pioneros en la navegación astronómica, difundieron la dieta mediterránea, introduciendo el aceite de oliva, el vino y las legumbres, y su artesanía fue crucial en la construcción del templo de Salomón.
Durante la Edad del Bronce Final, prosperaron con el comercio marítimo, obteniendo la independencia tras el declive de la influencia egipcia en el 1200 a. C. A partir del siglo IX, Asiria comenzó a amenazar su independencia, que, en el 538 a. C., fue sucedida por la dominación persa, seguida de la dominación persa. Alejandro Magno y el Imperio Romano, y algunas ciudades aún mantienen su autonomía.
Períodos Históricos de Fenicia
Período anterior a los fenicios (c. 3000 a. C. – 1200 a. C.) - antes del surgimiento de la civilización fenicia, la región de Fenicia estaba ocupada por ciudades-estado cananeas. Estas comunidades se desarrollaron bajo la influencia de civilizaciones como Egipto y Mesopotamia. Mantuvieron redes comerciales y contactos con otras culturas mediterráneas.
Período fenicio temprano (c. 1200 a. C. – 800 a. C.) - después del colapso de las grandes potencias de la Edad del Bronce, como Egipto y el Imperio hitita, ciudades fenicias como Tiro, Sidón y Biblos se fortalecieron. Este período marca la consolidación de la cultura fenicia, especialmente en el comercio marítimo. Los fenicios fundaron colonias por todo el Mediterráneo, siendo Cartago una de las más importantes.
Período de expansión (c. 800 a.C. – 539 a.C.) - durante este tiempo, la influencia fenicia se expandió y sus colonias comerciales se extendieron por la costa norte de África, Sicilia, Cerdeña y España. Este período también vio a los fenicios bajo la presión de imperios como el asirio y el babilónico, pagando tributo a estas potencias.
Período persa y helenístico (539 a. C. – 146 a. C.) - Fenicia se incorporó al Imperio persa en 539 a. C., cuando Ciro el Grande conquistó Babilonia. Posteriormente, Alejandro Magno conquistó Fenicia en el 332 a.C., integrándola al mundo helenístico.
Orígenes (2300-1200 a. C.)
En términos de arqueología, lengua y religión, poco separa a los fenicios de otras culturas de la región de Canaán. Como cananeos, su única diferencia eran sus notables hazañas marítimas. En las tablillas de Amarna del siglo XIV a. C., se les llama Kenaani o Kinaani ("cananeos"), aunque estas cartas son anteriores a la invasión de los Pueblos del Mar en más de un siglo.
Mucho más tarde, en el siglo VI a.C., Hecateo de Mileto escribe que Fenicia se llamaba antiguamente χνα, nombre que Filón de Biblos adoptó más tarde en su mitología como epónimo para los fenicios: “Khna, que más tarde se llamó Fénix”. Ya en el tercer milenio antes de Cristo, los egipcios llevaron a cabo expediciones marítimas para traer el "cedro del Líbano".
Spencer Wells, del Proyecto Genográfico, descubrió que la población masculina del Líbano, Malta, España y otras zonas colonizadas por los fenicios comparten el cromosoma Y M89. Por el contrario, las poblaciones asociadas a la Civilización Minoica y los Pueblos del Mar presentan marcadores genéticos diferentes, lo que indica la ausencia de una relación ancestral con los fenicios.
En 2004, los genetistas de la Universidad de Harvard identificaron el haplogrupo J2 como "el haplogrupo de los fenicios". Los estudios han demostrado que la población masculina de Túnez y Malta también tiene similitudes genéticas con los libaneses, y se cree que uno de cada 17 hombres del norte de África y el sur de Europa tiene ancestros fenicios directos.
Apogeo (1200-800 a. C.)
Fernand Braudel (1902-1985), en La perspectiva del mundo, destaca Fenicia como uno de los primeros ejemplos de una "economía mundial" rodeada de imperios. Entre 1200 y 800 a.C., los fenicios alcanzaron el apogeo de su cultura y poder marítimo, con ciudades como Biblos, Tiro, Sidón y Beirut, que existían desde el tercer milenio a.C. Estas ciudades-estado independientes fueron cruciales para el comercio entre los fenicios. Levante y el mundo antiguo.
La caída de imperios como el egipcio y el hitita, debilitados por la llegada de los Pueblos del Mar, favoreció el crecimiento fenicio. Biblos dominó el comercio y reveló el primer alfabeto fenicio. Tiro, bajo el rey Itobaal I, amplió su control hasta Beirut y Chipre. Cartago, fundada por Elissa (Dido), se convirtió en una importante colonia fenicia.
Braudel investigó la historia que conecta la economía, la geografía y la sociedad, lo que influyó profundamente en la historiografía moderna. Fernand Braudel fue un historiador francés de la Escuela de Annales, conocido por su enfoque innovador que vinculaba economía, geografía y sociedad. En obras como El Mediterráneo, examinó la historia durante largos períodos e introdujo el concepto de "economía mundial" que influyó profundamente en la historiografía contemporánea.
Decadencia (539-65 a. C.)
Ciro el Grande conquistó Fenicia en el 539 a. C., dividiéndola en cuatro reinos vasallos: Sidón, Tiro, Arwad y Biblos. Aunque estos reinos prosperaron y proporcionaron flotas navales a los persas, la influencia fenicia comenzó a decaer después de la conquista, y muchos fenicios emigraron a Cartago y otras colonias. En 350-345 a. C., Sidón, liderada por Tennes, se rebeló contra el dominio persa, pero fue aplastada por Artajerjes III.
Alejandro Magno conquistó Tiro en el año 332 a. C. después de un brutal asedio y ejecutó a 2.000 ciudadanos mientras mantenía al rey en el poder. Las ciudades fenicias se incorporaron pacíficamente y la Grecia helenística reemplazó al dominio fenicio en las rutas comerciales del Mediterráneo oriental. La cultura fenicia desapareció en su tierra natal, pero Cartago prosperó en el norte de África hasta que fue destruida por los romanos en el año 146 a.C.
La región fenicia pasó a estar controlada por varios gobernantes helenísticos, incluidos Laomedonte y Ptolomeo I, y Fenicia estuvo dominada por los Ptolomeos entre 286 y 197 a. C. En 197 a. C., la región volvió a los seléucidas y se volvió cada vez más helenizada. Tiro y Sidón se volvieron autónomas en 126 a. C. y 111 a. C., respectivamente, pero el área finalmente fue incorporada a la provincia romana de
Siria en 65 a. C. por Pompeyo el Grande.
Señores del Mediterráneo
Las ciudades-estado fenicias como Biblos, Sidón y Tiro prosperaron después de las invasiones de los Pueblos del Mar en el año 1200 a.C. Gobernadas por monarquías hereditarias apoyadas por consejos de comerciantes, estas ciudades se volvieron hacia el mar debido al aislamiento geográfico y la presencia de grandes imperios. Desarrollaron avanzadas embarcaciones de cedro y ciprés, lo que les permitió llevar a cabo expediciones como la circunnavegación de África bajo el faraón Necao II.
A pesar de estar políticamente fragmentados y militarmente débiles, los fenicios dominaron el comercio en el Mediterráneo, estableciendo rutas comerciales entre Oriente y Occidente y asentamientos estratégicos, como Chipre y Cádiz. Cartago, una colonia fenicia fundada en el 814 a. C., se convirtió en una potencia importante, rivalizando con Roma en las Guerras Púnicas.
Los fenicios comerciaban con lujos, como telas de color púrpura, a cambio de materias primas y desarrollaron una cultura artística que mezclaba influencias de Egipto, Mesopotamia y Siria. Las excavaciones en los centros comerciales proporcionan información sobre su cultura. Destaca como obra representativa de su legado el sarcófago de Ahiram, rey de Biblos. Gran parte del conocimiento sobre los fenicios proviene de fuentes como la Biblia, registros asirios y relatos griegos y romanos como el de Heródoto, quien relató la circunnavegación fenicia de África.
Recursos Naturales y Artesanos
Los principales recursos naturales de las ciudades fenicias incluían los valiosos cedros del Líbano y las conchas de murex, utilizadas en la producción de tinte púrpura. Los fenicios eran hábiles artesanos de la madera, el marfil, la metalurgia y la producción textil. La talla de marfil y madera se convirtió en una especialidad en Fenicia, y también era muy conocido el trabajo de los orfebres y metalúrgicos fenicios.
El soplado de vidrio probablemente se inventó en la zona costera de Fenicia en el siglo I o antes. En el Antiguo Testamento se menciona que el maestro artífice Hiram de Tiro fue contratado para construir el templo de Salomón en Jerusalén. En la Ilíada de Homero hay referencias a artesanías fenicias, como un cuenco de plata de Sidón y túnicas bordadas confeccionadas por mujeres sidonias.
Lengua, Religión y Arte Fenicio
La lengua fenicia, estrechamente relacionada con el hebreo, era mutuamente inteligible hasta que ambas fueron sustituidas por el arameo. Aunque inicialmente utilizaron la escritura cuneiforme, los fenicios crearon su propio alfabeto de vinte e 22 letras, utilizado en Biblos ya en el siglo XV a.C. Este alfabeto, adoptado posteriormente por los griegos, dio origen al alfabeto romano moderno, siendo la mayor aportación fenicia a la civilización.
Cada ciudad-estado fenicia tenía sus propias deidades, como Baal y Baalat en Biblos, Melqart en Tiro y Eshmun en Sidón, pero compartían elementos religiosos debido al prolongado contacto cultural. Durante el período aqueménida, Astarte de Sidón se volvió predominante en las ciudades fenicias.
El arte fenicio combinó influencias de diversas culturas, como Egipto, Asiria y Chipre. La fuerte influencia egipcia reflejó las conexiones comerciales y políticas entre las dos civilizaciones. Sin embargo, el legado más duradero de los fenicios fue el desarrollo del alfabeto, que influyó en la escritura occidental.
En Busca de los Fenicios - Josephine Quinn - Princeton University Press
En el libro In Search of the Phoenicians (En busca de los fenicios), Josephine Quinn cuestiona la idea de una identidad homogénea entre los fenicios, conocidos por sus habilidades comerciales y marítimas. Habitaban una estrecha franja de tierra en lo que hoy es Siria, Líbano y el norte de Israel, pero su falta de un territorio, un idioma o una herencia cultural común hace que su identidad sea enigmática.
Quinn sostiene que los fenicios fueron inicialmente una construcción de las tradiciones griegas y, en los períodos helenístico y romano, algunas ciudades como Cartago, adoptaron esta identidad como estrategia política.
El libro se divide en tres partes: la primera confronta la visión moderna de los fenicios, la segunda analiza las interacciones y conexiones culturales, y la última cuestiona la idea de que la historia fenicia terminó con Alejandro Magno. Quinn también investiga cómo países modernos como el Líbano y Túnez reclaman la herencia fenicia para construir sus identidades nacionales, alentando a los lectores a reconsiderar las identidades en el antiguo Cercano Oriente.
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Los Hebreos
Inicialmente conocidos como los israelitas, los hebreos fueron una de las culturas más influyentes de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, con un impacto duradero en la civilización occidental. De origen semita, se cree que aparecieron en Mesopotamia y, según la Biblia, migraron a Canaán por un llamado divino. El término "semítico" tiene como principal grupo lingüístico formado por una familia de varios pueblos, entre los que destacan los árabes y los hebreos, que comparten los mismos orígenes culturales.
El origen de la palabra "semítico" proviene de una expresión del Génesis y hacía referencia al linaje de los descendientes de Sem, hijo de Noé. Hablaban la "Lengua de Canaán" y fueron los encargados de componer la Biblia, texto fundamental para varias religiones monoteístas.
Los descendientes de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob fueron llamados hebreos hasta la conquista de Canaán, pasando a ser conocidos como israelitas. Después del Exilio Babilónico en el siglo VI a. C., se empezó a utilizar el término judío. Los judíos de hoy se consideran herederos de esta tradición. Esta conexión fue crucial para la creación del Estado de Israel en 1948. La historia de los hebreos involucra su migración a Egipto, su esclavitud y su liberación por parte de Moisés, quien recibió los Diez Mandamientos, la base de la moral y la fe hebreas.
Religión y Cultura Hebreas
La religión de los primeros hebreos estuvo fuertemente influenciada por los cananeos al adoptar el nombre de su deidad, El, y asimilar salmos y temas literarios. En la Biblia, Yahvé (Jehová) está asociado con El, y los hebreos también adoraban a dioses cananeos como Baal y Asera. Aunque Yahvé es el único Dios en el judaísmo, el culto a Asera fue aceptado en algún momento. Los hebreos legaron el monoteísmo al fundar el judaísmo, reflejado en los Diez Mandamientos, que enfatizan la creencia en un solo Dios y prohibiciones morales como el robo, el adulterio y el asesinato.
Construyeron templos, en particular el Templo de Jerusalén, cuyo Muro Occidental es uno de sus principales legados. El pacto entre los hebreos y Yahvé en el Sinaí estableció deberes religiosos a cambio de la protección divina, estando los Diez Mandamientos presentes en el Éxodo y el Deuteronomio. Aunque el judaísmo promueve el culto exclusivo a Yahvé, inicialmente prevaleció el henoteísmo, con el culto a otros dioses. El Movimiento Profético (750-550 a.C.) y el rey Josías, en el siglo VII a.C., promovieron el monoteísmo. El principal aporte de los hebreos fue la práctica religiosa del judaísmo, raíz del cristianismo y del Islam, formando las "Religiones del Libro".
Historia Hebrea
La historia hebrea se divide en tres fases: patriarcas, jueces y reyes. En el siglo I d.C., los hebreos comenzaron a huir de su tierra debido a la persecución romana. La Biblia Hebrea, fuente principal de esta historia, fue escrita entre 400 y 600 años después de los hechos descritos, siendo una narración mítica que complica la interpretación histórica.
En el siglo XIX, eruditos como W. de Wette y Julius Wellhausen desarrollaron la “hipótesis documental”, sugiriendo múltiples fuentes para la Biblia. Arqueólogos como Friedrich Delitzsch han identificado conexiones entre las tradiciones mesopotámicas y los textos bíblicos. Críticos como Thomas Thompson e Israel Finkelstein cuestionan aspectos tradicionales, como los reinos de David y Salomón.
Período de los Patriarcas (c. 2000-1600 a. C.)
Los hebreos tienen sus orígenes en los patriarcas, como Abraham, Isaac y Jacob. Abraham, un pastor seminómada, habría recibido la promesa de Dios (Yahvé) de que sus descendientes heredarían la Tierra Prometida, Canaán. Jacob, también llamado Israel, tuvo doce hijos, cuyos linajes darían origen a las doce tribus de Israel. Durante una gran sequía, los hebreos emigraron a Egipto, donde fueron esclavizados.
Cautiverio en Babilonia
Durante su Cautiverio en Babilonia, los hebreos establecieron estrictas prácticas religiosas, incluidas leyes dietéticas y ceremonias para preservar su identidad. El profeta Esdras compiló la Torá, asegurando que la fe judía permaneciera viva incluso en el exilio. Esto hizo que la religión fuera "móvil", permitiendo a los judíos sobrevivir como un pueblo distinto a pesar de la adversidad.
Otro aspecto crucial del judaísmo fue su sistema ético igualitario, que afirmaba que todos eran iguales ante Dios, un concepto radical para la época. Estas ideas y creencias, especialmente el monoteísmo y la igualdad espiritual, han tenido un profundo impacto en la historia posterior de la civilización occidental y global.
Los relatos sobre los hebreos se encuentran en el Antiguo Testamento, especialmente en los primeros cinco libros, que componen la Torá, también conocida como Pentateuco. Estos libros forman la base del judaísmo y se consideran sagrados en el judaísmo y el cristianismo. Estas narrativas son fundamentales para la identidad y la religión hebreas. Aquí están los siguientes:
Génesis (Bereshit) – relata la creación del mundo, las historias de los patriarcas (Abraham, Isaac, Jacob) y el comienzo del pueblo hebreo.
Éxodo (Shemot) – describe la salida de los hebreos de Egipto, la esclavitud, el Éxodo y el pacto con Dios en el Monte Sinaí, desde donde Moisés recibe los Diez Mandamientos.
Levítico (Vaikra) – contiene leyes y regulaciones, especialmente relacionadas con el culto, los sacrificios y la pureza ritual.
Números (Bemidbar) – narra el viaje de los hebreos en el desierto y las dificultades que enfrentaron en el camino hacia la Tierra Prometida.
Deuteronomio (Devarim) – presenta los discursos de Moisés y un resumen de las leyes antes de que los hebreos entraran en Canaán.
Problemas con las Fechas en Génesis
Las fechas del libro del Génesis, que trata de los patriarcas, son inciertos. Wellhausen, en el siglo XIX, sugirió que fue compuesta por diferentes grupos a lo largo del tiempo. Los expertos creen que el texto fue escrito tarde, durante la monarquía o después. Un ejemplo de anacronismo es la mención de los filisteos, que llegaron a la región sólo después del 1200 a.C.
Gerar, citada como la capital filistea, fue insignificante en el Período de los Patriarcas, y sólo comenzó a ser relevante alrededor del 700 a.C. C. Otros anacronismos incluyen referencias a los arameos, Dan y Ur de los Caldeos, que no existían en la época descrita. Estos indicios sugieren que la historia de los patriarcas probablemente tuvo lugar alrededor del 700 a.C.
Patriarca Abraham
La primera mención de los hebreos se produce alrededor del año 1200 a. C., cuando los "israelitas" ya se encontraban en Palestina. Las tradiciones hebreas, especialmente en el Génesis, retratan a Abraham, Isaac y Jacob como patriarcas fundadores del linaje hebreo. Abraham, de Ur, es visto como el líder de tribus seminómadas, y su migración a Canaán puede simbolizar el regreso de los judíos exiliados a Babilonia, legitimando la ocupación de Canaán por los hebreos. Los estudiosos creen que los patriarcas representan tribus y que el Génesis tiene un carácter mítico.
El nombre de Abraham se menciona en la Biblia como ʿIvri (hebreo), pero otros pueblos generalmente usaban el término para describir a los israelitas. Su origen puede estar relacionado con el término "Habiru", grupos seminómadas mencionados en los textos egipcios. Abraham simboliza el comienzo de la historia israelita, con Dios probando su fe pidiendo el sacrificio de Isaac y prometiendo bendecir a todas las naciones a través de él.
La Esclavitud en Egipto
Después de establecerse en Canaán, los hebreos emigraron a Egipto alrededor del año 1700 a.C. debido a la escasez de alimentos. Egipto, fértil gracias al río Nilo, ofrecía mejores condiciones de vida. La migración puede haber involucrado a todas las tribus o solo a algunas. En aquella época, los hebreos aprovecharon el dominio de los hicsos, pueblo semita que controlaba la región, y se establecieron pacíficamente ocupando importantes posiciones. Sin embargo, tras la expulsión de los hicsos por los egipcios, los hebreos fueron esclavizados. Su liberación, encabezada por Moisés, se produjo alrededor del 1300 a.C.
Éxodo
El Éxodo es un episodio bíblico que narra la huida de los judíos, liderados por Moisés, de la esclavitud en Egipto para regresar a la tierra de Canaán. Según la Biblia, la familia de Jacob se mudó a Egipto debido a la sequía y se estableció allí gracias a José, quien ocupaba un puesto importante en el gobierno. Sin embargo, no existe evidencia arqueológica o histórica que confirme este evento.
Algunos historiadores creen que sólo una parte de los israelitas se encontraban en Egipto, uniéndose a otros grupos para formar el pueblo de Israel. Los expertos tampoco están de acuerdo con la imagen de un Egipto esclavista y las grandes cifras mencionadas en el informe. Las excavaciones no han encontrado rastros de asentamientos relacionados con el Éxodo.
Los Israelitas se Convierten en una Nación Bajo Dios
Moisés dirigió a los israelitas de Egipto durante la plaga de Pascua, que devastó Egipto y permitió el Éxodo hacia la Tierra de Israel. Criado en la corte egipcia, Moisés renovó la alianza de los hebreos con Yahvé en el monte Sinaí. Aunque su nombre tiene origen egipcio, no existen evidencias arqueológicas ni fuentes egipcias que prueben su existencia antes del 850 a.C. Algunos estudiosos consideran a Moisés una figura literaria que representa acontecimientos históricos, pero no descartan su posible existencia.
Antes de morir, Moisés proclamó Bendiciones por la obediencia y Maldiciones por la desobediencia del pueblo judío, determinando que estas consecuencias los seguirían para siempre. Durante siglos, los israelitas vivieron sin rey ni capital. Esto cambió con el reinado de David, alrededor del año 1000 a.C., quien estableció a Jerusalén como capital.
Conquista de Canaán, la Tierra Prometida
Algunos historiadores consideran que la migración de los hebreos de Egipto a Canaán, conocida como el Éxodo, es una narrativa mitificada, sin evidencia de una migración masiva. La conquista de Canaán, vista como un don divino, marca la transición de los hebreos de nómadas a una nación con territorio. Aunque el relato bíblico de Josué describe una conquista militar, los arqueólogos, como Pierre de Miroschedji, señalan anacronismos, como ciudades inexistentes en 1250 a.C.
Varias teorías explican la ocupación de Canaán. La "teoría de la ocupación pacífica" sugiere una inmigración gradual, mientras que la "teoría de la revuelta" propone que los hebreos eran campesinos rebeldes. La "Teoría de la evolución gradual" sostiene que las distinciones entre israelitas y cananeos surgieron más tarde. Al llegar a Canaán, los hebreos se enfrentaron a los cananeos y filisteos. La ocupación, según André Chouraqui y Karen Armstrong, fue más gradual y las tribus israelíes se infiltraron en la región. Durante este período, los jueces dirigieron las tribus, culminando con la coronación de Samuel a Saúl como el primer rey.
Período de los Jueces (c. 1200-1020 a. C.)
Después de la liberación de Egipto bajo el liderazgo de Moisés y la recepción de los Diez Mandamientos, los hebreos pasaron cuarenta años en el desierto. Al entrar a Canaán, lideradas por Josué, las tribus se organizaron de manera descentralizada bajo los Jueces, quienes eran líderes militares y espirituales, como Sansón, Débora y Gedeón.
Durante el Período de los Jueces, los hebreos enfrentaron conflictos con los pueblos vecinos, como los filisteos. Este período, marcado por líderes cuyas hazañas heroicas se narran en el Libro de los Jueces, presenta una versión judaíza de la conquista de Canaán, aunque la historicidad de esta época es objeto de debate por problemas cronológicos y ediciones deuteronomistas.
La ley hebrea, considerada inmutable y dada por Dios, fue interpretada por los rabinos. Después del asedio babilónico en 586 a. C., que resultó en la esclavitud de muchos hebreos, surgió la necesidad de una nueva ley oral para afirmar la cultura hebrea frente a las influencias extranjeras. Este proceso culminó con la codificación oral del derecho hebreo, la Michná, realizada en el año 192 d.C., que abarcó las leyes rurales, el derecho matrimonial, el divorcio y la organización de los tribunales, asemejándose al Derecho Civil contemporáneo.
Los Filisteos y la Monarquía Única: Saúl e Isboset (1026-1000 a. C.)
La ocupación hebrea se vio sacudida por las invasiones filisteas alrededor del año 1180 a. C., durante las invasiones de los Pueblos del Mar en el Cercano Oriente. Los filisteos capturaron el Arca de la Alianza después de la batalla de Ebenezer, un sacrilegio que, según la ideología hebrea, debería resultar en la muerte instantánea. Debido a las amenazas filisteas, los hebreos pidieron un rey para unificar al pueblo.
Samuel ungió a Saúl, de la tribu de Benjamín, como primer rey. Saúl pasó gran parte de su reinado luchando contra los filisteos y otros enemigos, pero después de desobedecer a Dios, fue reemplazado por David. El reinado de Saúl terminó trágicamente cuando se suicidó después de una derrota contra los filisteos en el monte Gilboa, donde también perdió a sus hijos, incluido Jonatán.
Después de su muerte, su hijo Isbaal asumió el trono, pero fue asesinado, allanando el camino para que David unificara el reino de Israel. David, inicialmente rey de Judá, consolidó su poder, uniendo las casas de Saúl y David y estableciendo un reino unificado.
Período de los Reyes (c. 1020-586 a. C.)
Los hebreos inicialmente vivieron en comunidades tribales. Los conflictos con los filisteos llevaron al nombramiento de Saúl como rey alrededor del año 1020 a. C. Después de su liberación de Egipto, los hebreos se organizaron en doce tribus dirigidas por jueces, siendo Sansón el más conocido. En el siglo XI a.C., ante la amenaza de los filisteos, las tribus acordaron formar un estado centralizado, con Saúl como primer rey, seguido de David y Salomón.
Este reino se extendía desde el sur del Líbano hasta la península del Sinaí, entre el Mediterráneo y el río Jordán. Durante el reinado de Salomón, los hebreos disfrutaron de su apogeo como hábiles comerciantes y construyeron importantes edificios en Jerusalén, incluidas las murallas de la ciudad y el famoso Templo de Salomón, que sería destruido por los invasores.
David y Salomón, o el Reino Unido (1000 – 924 a.C.)
David conquistó Jerusalén y la convirtió en su capital, recibiendo la promesa de un "Cristo" venidero que generó la expectativa del Mesías entre los judíos. Transformó Jerusalén en un centro religioso y amplió su dominio sobre los reinos vecinos. Cuando creció, nombró a su hijo Salomón como su sucesor.
Salomón gobernó durante cuarenta años y fue descrito como sabio y rico.
Hizo alianzas políticas a través de matrimonios y completó la construcción del Primer Templo Judío, iniciado por David. Los descendientes de David gobernaron durante cuatrocientos años, durante un período de gloria para Israel. Sin embargo, se ignoró la creciente corrupción y, después de la muerte de Salomón, el reino quedó dividido. El norte fue destruido por los asirios y Judá por los babilonios, comenzando el Exilio Babilónico.
Templo de Jerusalén
El relato bíblico dice que Salomón construyó un templo en el siglo X a.C. que fue destruido por Nabucodonosor en el 587 a.C., pero no hay evidencia arqueológica sobre el Templo de Salomón. La primera evidencia que demuestra la existencia de un Templo en Jerusalén es indirecta –centralización del culto con desacralización de lugares previamente activos– y sólo se produce alrededor del año 700 a.C., mucho más tarde que la fecha fijada por el relato bíblico.
Los reinos de Judá e Israel
La muerte del rey Salomón provocó la división de los hebreos en dos reinos: Israel al norte y Judá al sur, lo que los debilitó y facilitó las invasiones enemigas, como la conquista asiria en el 722 a.C. En el año 587 a.C., Jerusalén fue conquistada por. Nabucodonosor II quien destruyó el Templo de Salomón y el Cautiverio Babilónico. Después de la caída del Imperio Babilónico, los hebreos pudieron regresar, pero sin el mismo éxito. En el año 70 d.C., fueron conquistados por los romanos, quienes nuevamente destruyeron el Templo de Salomón y dispersaron a los hebreos por todo el mundo.
Historicidad de David y Salomón
Los eruditos cuestionan la existencia de un gran reino hebreo bajo Saúl, David y Salomón, sugiriendo que los relatos bíblicos amplificaron su importancia. Las exageraciones, como el tamaño del ejército de David en 2 Samuel y la falta de evidencia arqueológica de una monarquía unificada o una capital en Jerusalén respaldan esta opinión. A pesar de la mención de David en la estela de Tel Dan, Salomón no aparece en los registros egipcios ni asirios.
Arqueólogos como Amihai Mazar consideran que los reinos de David y Salomón son un estado en desarrollo. El Cautiverio Babilónico terminó en el 539 a. C. y en el 332 a. C. Alejandro Magno conquistó Palestina. Con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. comenzó la Diáspora Judía, pero muchos campesinos judíos permanecieron, perdiendo gradualmente su identidad original, según historiadores como Shlomo Sand.
Diáspora Judía
La Diáspora Judía se refiere a la dispersión del pueblo judío fuera de la Tierra de Israel a lo largo de la historia, especialmente después de acontecimientos significativos como la destrucción del Primer Templo en Jerusalén por los babilonios en el 586 a.C. y, posteriormente, la destrucción del Segundo Templo por los romanos en el año 70 d.C. Estos acontecimientos provocaron la migración de judíos a diversas regiones del mundo, incluida Europa, el norte de África y, más tarde, América. El concepto de diáspora también se ha vuelto relevante en las discusiones contemporáneas sobre identidad, migración y pertenencia.
Cautiverio Babilónico
Después de la destrucción de Jerusalén, muchos judíos fueron deportados a Babilonia. Durante este período, la práctica religiosa y la identidad judía se mantuvieron e incluso reforzaron, con la recopilación de textos sagrados como la Torá. Los exilios de los hebreos a Babilonia, conocido como el Cautiverio Babilónico, se produjeron en tres fases durante el siglo VI a.C.:
Primer exilio (597 a. C.) – el rey Nabucodonosor II de Babilonia conquistó Jerusalén y deportó a parte de la élite hebrea, incluidos miembros de la familia real, nobles y artesanos. Esto sucedió después de la rebelión del rey Joaquín de Judá contra el dominio babilónico.
Segundo exilio (587/586 a. C.) – Después de una nueva revuelta, Nabucodonosor regresó, destruyó Jerusalén, incluido el Templo de Salomón, y deportó a la mayor parte de la población restante de Judá a Babilonia. Este es el acontecimiento más significativo del exilio babilónico.
Tercer exilio (582 a. C.) – otro grupo fue deportado después de una rebelión menor contra el dominio babilónico. El exilio duró hasta el año 538 a.C., cuando el rey persa Ciro el Grande conquistó Babilonia y permitió que los judíos regresaran a Jerusalén.
Dominio romano (70 d.C.) – la destrucción del Segundo Templo y la posterior represión romana llevaron al exilio masivo, lo que resultó en comunidades judías en regiones como el Imperio Romano, Persia y, finalmente, Europa.
Desarrollos culturales y religiosos – la diáspora permitió el desarrollo de diversas tradiciones e interpretaciones del judaísmo, como el judaísmo rabínico, que se convirtió en la forma predominante de práctica religiosa después de la destrucción del Templo.
Impacto de la Diáspora
Identidad cultural – la Diáspora Judía ayudó a formar una identidad judía rica y diversa, con variaciones en el idioma, las costumbres y las prácticas religiosas.
Integración y aislamiento – si bien algunas comunidades se han integrado a las sociedades locales, otras han enfrentado discriminación y persecución, como el antisemitismo.
Movimientos y Conflictos – La Diáspora también fue un contexto para el surgimiento de movimientos sionistas en el siglo XIX, que buscaban un retorno a la Tierra de Israel, culminando con la creación del Estado de Israel en 1948.
Regreso del Exilio Bajo los Persas
Después del exilio, el emperador persa Ciro conquistó Babilonia y permitió que los judíos regresaran a su tierra, ahora provincia del Imperio persa. Durante doscientos años, los judíos reconstruyeron el segundo templo y la ciudad de Jerusalén, aunque muchos todavía permanecían en el exilio. Luego Alejandro Magno conquistó el Imperio Persa e hizo de los israelitas una provincia de los imperios griegos durante otros doscientos años como parte de los imperios griegos.
Los romanos derrotaron a los imperios griegos y se convirtieron en la potencia mundial dominante. Nuevamente los judíos llegaron a ser una provincia de este imperio en la época de Jesús. Esto explica por qué hay soldados romanos en los evangelios. Los romanos gobernaron a los judíos en Israel durante la vida de Jesús.
Movimiento Sionista
En el siglo XIX, el movimiento sionista, liderado por Theodor Herzl, comenzó a ocupar tierras en Palestina, con el apoyo de Inglaterra, que buscaba intereses políticos y económicos en la región. La ONU, influenciada por el Holocausto, creó el Estado de Israel y un Estado Palestino en Cisjordania y Transjordania. En 1948, la lucha judía por la creación de un Estado se intensificó, involucrando actos de violencia, como la masacre de Deir Yassin, donde más de un centenar de palestinos, entre ellos ancianos y niños, fueron asesinados y los supervivientes expulsados.
El Holocausto
El Holocausto fue el genocidio sistemático de seis millones de judíos europeos llevado a cabo por el régimen nazi de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Además de los judíos, también fueron perseguidos y asesinados otros grupos, como los gitanos, las personas con discapacidad, los homosexuales y los disidentes políticos.
El exterminio se produjo principalmente en campos de concentración y exterminio, como Auschwitz, Treblinka y Sobibor. Las víctimas fueron sometidas a trabajos forzados, condiciones inhumanas y ejecuciones masivas. El Holocausto fue parte de la "Solución Final", la política nazi de eliminar completamente a los judíos de Europa. El evento es ampliamente considerado como uno de los mayores crímenes contra la humanidad y condujo a la creación de tratados internacionales contra los genocidios.
Naqba, la Catástrofe
La Naqba, o "Catástrofe" en árabe, se refiere al éxodo masivo de aproximadamente 700.000 palestinos durante la guerra árabe-israelí de 1948, que se produjo junto con la creación del Estado de Israel. Este acontecimiento provocó la desintegración de la sociedad palestina y la destrucción de aldeas, y muchos palestinos fueron expulsados u obligados a huir de sus hogares.
Los orígenes de la Naqba se encuentran en el conflicto entre árabes palestinos y judíos sionistas bajo el mandato británico, intensificado tras el Plan de Partición de la ONU en 1947, que dividió Palestina en dos estados, rechazado por los árabes. Con la independencia de Israel en 1948, el conflicto se intensificó y culminó con la expulsión de los palestinos.
Muchos nunca regresaron y la cuestión de los refugiados sigue siendo central en el conflicto palestino-israelí. Anualmente, los palestinos recuerdan la Naqba el 15 de mayo como un símbolo de la pérdida de su patria y de la lucha en curso por la autodeterminación y el derecho al retorno.
Para los israelíes, la guerra de 1948 marca la fundación del Estado de Israel. La Naqba sigue siendo una herida abierta, especialmente ante enfrentamientos recientes como los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que desencadenaron una devastadora respuesta israelí contra la Franja de Gaza. La reconocida revista The Lancet constató que las muertes directas e indirectas en Gaza podrían llegar a 186 mil personas. Hay miles de cuerpos no recuperados bajo los escombros creados por los bombardeos y de los que aún no se ha dado cuenta. Más de 97.303 palestinos han resultado heridos en Gaza.
Víctimas en la Franja de Gaza
El 1 de octubre de 2024, Israel invadió el Líbano como parte de la escalada del conflicto con Hezbolá, tras una serie de reveses sufridos por el grupo en septiembre. La operación israelí se centró en la infraestructura de Hezbollah en el sur del Líbano, con ataques aéreos que degradaron sus capacidades. Mientras tanto, las autoridades libanesas informan de la muerte de unos 2.000 civiles, entre ellos más de 100 niños, y de 6.000 heridos. Entre los muertos se encuentra Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, cuya muerte fue confirmada el 27 de septiembre֎
Bombardeo en Beirut
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